Ejercicios para mejorar la agilidad

La agilidad es definida por la rapidez con la que se relacionan las habilidades físicas o mentales, es decir, la rapidez con la que uno es capaz de ejecutar un movimiento. No es un rasgo inherente en el ser humano y se puede mejorar mediante su entrenamiento.

Hay varios métodos y movimientos que influyen en la mejora de agilidad y que, al mismo tiempo, se complementan entre ellos. Los podemos diferenciar en seis puntos distintos:

1. Mejorar el equilibrio es una de las maneras con las que puedes aumentar tu agilidad. Movimientos de rotación con, por ejemplo, balón medicinal, efectuar saltos laterales y sentadillas con una pierna permiten el desarrollo del centro de gravedad del cuerpo.
2. Otro consejo práctico que permite la mejora de la agilidad es el entrenamiento con pesas, que ayuda a mantener tonificados los músculos y acondicionarlos. Flexiones rápidas y ejercicios aeróbicos son buenos ejemplos.
3. Correr es siempre una actividad que ayuda a mantener tu cuerpo en buen estado. Para que la cursa tenga efectos positivos en la agilidad de cada uno, habrá que incluir cambios de ritmo y dirección, intentando que, cada vez más, la complejidad sea mayor.
4. Los ejercicios de rapidez de movimiento como saltar a la comba, el espejo y la escalera adaptan a tu cuerpo a reacciones físicas y mentales veloces.
5. Sin mayor complicación, diseñar un circuito con obstáculos facilita el entrenamiento de la agilidad. Con el tiempo, es aconsejable reducir el tiempo de ejecución del circuito o aumentar el número de obstáculos.
6. Practicar cualquier deporte y evitar el sedentarismo es ya un primer paso que aleja a nuestro cuerpo de la pérdida de agilidad, aunque son el frontón y el balonmano, principalmente, las actividades que mejoran la coordinación del cuerpo humano.

Entrenar la agilidad no es una recomendación exclusiva para deportistas profesionales ni para personas con estilo de vida sedentaria. Lo es para todos.